A partir de abril del 2008 enseño en el Conservatorio de Formación Actoral en Lima, Perú. Lo que me convierte de inmediato en estudiante de nuevo. Tengo 31 años, 18 sobre las tablas. Son suficientes para creer que ya se bastante, y perderme para siempre. Agradezco a Dios la oportunidad de volver a aprender con mis alumnos. Esta será una bitácora de reflexiones sobre el teatro y el camino que debe buscar un actor para acercarse a una actuación verdadera. Bienvenidos.
Nací en Lima, Perú, muy probablemente una mañana gris de setiembre. De mi infancia recuerdo la risa de mi hermano, la sal del mar, la erisipela. Esconder tesoros. Jugar con Barbies que se iban a festivales de teatro, o que vivían en carrozas de comediantes nómadas. Los techos, sus antenas, la ropa secando al viento. Las horas de juegos alucinógenos combatiendo la soledad. Las fiebres cósmicas, privilegio de los niños enfermos, gracias a las cuales nunca más me fue dio vergüenza sentir que podía volar. Reté a todos los árboles, a todas las olas, a todos los cerros y a todos los caballos. Luego reté a la noche y casi me lleva de encuentro. Estas son mis crónicas de viaje en esta vida, en este planeta, el tercero del Sistema Solar. Cuya gran capital ha trascendido las fronteras del polvo del olvido estelar y es conocida en la Vía Láctea como Kojudópolis, la capital del pequeño planeta entregado azul.
5 comentarios:
Sencillamente genial. La fluidez, la sensibilidad, la fuerza... todo!!!
gracias!
es excepcional
ya pues K!!!!Cuando vuelves a escribir por aqui!!
Hola Karen
Realmente tienes un don para la narración. Me gusta mucho como escribes. Estoy esperando más articulos.
Besos,
Teresa de Seattle
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